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domingo, 25 de febrero de 2018

De paseo por Coliumo


      Hace rato tenía ganas de volver a este lugar, el cual no había visitado hace unos seis o siete años.
Finalmente, luego de mucho tiempo, ayer volví. El día estaba nublado y frío, algo nostálgico, pero tranquilo y maravilloso al fin y al cabo.
Coliumo queda a unos 20 a 25 minutos desde la comuna de Tomé y es mucho más fácil llegar en vehículo. Si no puedes llegar en vehículo, puedes tomar una micro desde el centro de Tomé, eso sí, desconozco los horarios. Recuerdo que cuando fui la primera vez, lo hice en micro, pero se demoraba muchísimo en pasar. Yo creo que pasan cada media hora y desde Coliumo a Tomé, no creo que muy tarde. Así que, lo ideal, si vas en micro, tomarla bien temprano en la mañana para aprovechar el día y no quedarte sin bus jeje.
El lugar seguía igual de tranquilo, sólo cambió un paisaje, pero es normal, pues ha pasado bastante tiempo desde mi última visita.
Este lugar tiene un parecido a Tumbes, de hecho, no fotografié los restaurantes ni los coloridos botes que estaban frente a estos, sino que fotografié un lugar más tranquilo aún.
Si sigues el camino bordeando la costanera, llegas a un camino de tierras y rocas y desde allí puedes apreciar lo siguiente:












Al subir por el camino indicado anteriormente, se puede ver con claridad Dichato, y la unión del cielo con el mar. Al llegar arriba también te encuentras con Santa Rita de Casia.
Sin duda hay mucho más por recorrer en Coliumo, yo sólo te muestro algunas fotografías que saqué en un sábado nublado.
También me encontré con estos simpáticos amigos en mi breve recorrido:






    En otras noticias, esta semana comienzo uno de mis trabajos y la próxima directo al colegio. Sólo espero que sea un año lleno de buenas sorpresas y bellos momentos. Además, espero seguir así de constante (como lo he hecho en estas últimas cuatro entradas) en las actualizaciones del blog. Echaba de menos este espacio para escribir y enseñar lugares a los que voy.

Espero que tengan una linda semana, queridos lectores y lectoras.


Cath.

domingo, 18 de febrero de 2018

Barrio chino en Lirquén

       Buen día para todas y todos.

      Hoy les traigo un estilo de belleza diferente, para quien sepa apreciar, al que solemos observar a diario. Se trata del barrio chino ubicado en Lirquén, ubicado a unos 30 minutos desde Concepción. Si quieren comer rico y con pocas lucas, este lugar es una muy buena alternativa.
He vivido toda mi vida en Concepción y recién el año pasado conocí más a fondo este lugar y qué puedo decir, me encantó. Puedes consumir tres empanadas de marisco o queso por sólo mil pesos, además de unos ricos ceviches o machas en salsa verde también por mil pesos. Desde la primera vez que fui ya he ido unas cinco veces y los precios ni sabores no cambian. Las empanadas, tanto de queso como de marisco, son exquisitas, grandes, sabrosas y con mucho queso. Me encanta esa masa tan crujiente.



    Debo decir que nunca en mi vida he probado el ceviche y no creo que lo haga tampoco. Sin embargo, probé el vaso de machas en salsa verde y también lo encontré muy bueno. Quizás algunas personas no le tengan mucha fe a estos lugares (yo era una de ellas), pero creanme, vale la pena. Si de datos se trata, soy una persona sincera al decir que el vaso de machas estaba muy bueno y que en todas las ocasiones que he ido a comer, no me he enfermado ni nada, no he tenido ningún malestar (y eso que también tengo problemas de estómago a veces).



   A continuación les compartiré algunas fotos sobre este pintoresco lugar. Creo que es una buena alternativa para pasar el rato. No sé si pensarán lo mismo que yo al ver las siguientes fotografías, pero este barrio tiene ese qué se yo que me gusta y lo encuentro atractivo. Debe ser por lo cercano y el ambiente familiar que se puede observar cuando visitas este lugar. Es un tipo de belleza diferente al que estamos acostumbrados a observar, en mi opinión.


Cuando hemos ido siempre le compramos a la señora que, está al lado de la señora de delantal celeste (es una señora de lentes llamada Marcela, muy parecida a la señora de delantal celeste, excepto por el color de pelo). Es muy simpática y todo lo que vende es rico y fresquito. Lo mejor de ir a comprar es que las empanadas te las fríe en el momento y están calentitas para llegar y comer.



Este es el letrero de su puesto de la señora Marcela.





Hasta aquel lugar lo encontré bonito ¿creen lo mismo que yo?

    En síntesis, con pocas lucas en Lirquén puedes comer mucho, rico y fresquito (todo lo que se ve en las fotografías). Las micros te dejan en el mismo barrio. Estás cerca de la playa para poder comer tranquilamente o caminar por la arena. Espero que les haya gustado esta picada, les comento con mucho cariño como siempre me gusta hacerlo.


Ustedes, ¿habían visitado este barrio? ¿les gustaría visitarlo?
Les envío muchos cariños y ánimo para esta semana (mi última semana de vacaciones)


Cath.

domingo, 11 de febrero de 2018

Organización 2018

¡Hola! ¿Cómo están?

      Lo que es yo, debo decir que me estoy comenzando a sentir un poco horrorizada por lo rápido que está avanzando el mes de febrero. Ya sólo me quedan dos semanas para comenzar a trabajar, aunque en ratos libres he pensando/planificado en actividades para los cursos que me tocarán este año y actividades de nivelación para los mechones, pero nada tan concreto aún, creo.

    Recuerdo que el año pasado compré varias cositas para organizarme, pero me faltaba el trabajo jajaj, claramente cuando escribí aquella entrada no sabía lo difícil que sería encontrar uno por tus propios medios. Sin embargo, hoy me siento contenta de compartirles algunas de las cosas que he adquirido en estos últimos meses - hasta la semana pasada - porque sé que les daré buen uso y por supuesto, serán muy necesarias. Casi diariamente comparto diferentes artículos que voy comprando en mi cuenta de Instagram y les doy el dato inmediatamente, pero, también quise escribirlos por acá con más detalles.





1. Agenda/libretas/cuadernos

  • No podía ser otra agenda que no fuera del Principito. Esta vez escogí la más ancha y por lo tanto menos gruesa. Viene en estas tonalidades turquesa al igual que la colección del año pasado. Me siento feliz porque a pesar de que no tengo alma de chica planner, la he estado llenando bastante a diferencia de la que tuve el año pasado. Creo que en ratos libres me dedicaré a decorarla un poquito, aunque así ya es bastante bella. La compré en la librería Antártica a $11.990. 





Lo que me gustó de esta agenda es que al final, antes de la página de contactos, trae hojas cuadriculadas para realizar anotaciones varias. Realmente no pude resistirme a tanto amor. Me encantaron los stickers y las notitas pre picadas.



  •    En cuanto a las libretas, adquirí esta azul de líneas en una tienda china a $2.200. Si eres de Concepción, el lugar específico se encuentra en calle Freire, al lado de la galería las Araucarias. Me gustó mucho porque es de líneas, además tiene una sección de papel craft. En ella he hecho varios tipos de anotaciones, desde pensamientos a cosas que tengo que hacer más detalladamente.



  •        Ya ok, sé que probablemente no era necesario comprar cuadernos universitarios, pero no me resistí a los de Harry Potter. Me contuve, pues compré sólo dos y había muchísimos. En mi defensa, debo decir que ya utilicé uno para planificar, por lo tanto los utilizaré para escribir las actividades que haré para cada curso, porque sí, prefiero escribir todo que tenerlo en el computador (aunque lo tenga en ambas partes). Estos los compré en el Líder a $1.290 cada uno. También los vi en el Jumbo, pero a $1.390.




  • Esta libreta la compré el jueves pasado. La compré por diversas razones. Primero, tengo tantas ideas en la cabeza sobre historias, que la noche anterior a comprarla dije: "necesito una nueva libreta, sólo para anotar las historias que surjan". Aunque debo decir que comencé a escribir en una libreta que había adquirido hace unos años también en casaideas. Segundo, cuando fui a casaideas me encantó esta libreta por lo sencilla que es. Los espacios entre líneas no son tan pequeños como en la libreta en que ya había empezado a escribir las historias, así que me gustó. Es bastante flexible y no cuesta para abrirla, así que me gustó para poder llevarla a todos lados y no me molestará si es que se estropea. Bueno, creo que ya expliqué más de dos razones del por qué compré esta bella, pero sencilla libreta. Me costó $2.440 en casaideas (el viernes pasé y estaba a $2.090, me dieron ganas de comprar otra).





2. Accesorios papelería/estuches


  • El otro día mientras ordenaba mi pieza y me deshacía de algunos artículos, me di cuenta que realmente me gustaban mucho los estuches. He tenido varios a lo largo de mi vida y siendo mayor, no me molesta comprar uno nuevo siempre que puedo. El rosado se lo encargué a una amiga por Aliexpress, pero sinceramente pensé que era más grande. Siento que es muy delgado y frágil, además tengo la sensación de que se ensuciará muy pronto con los plumones de pizarra. Aún así, me gusta mucho por el mensaje que tiene estampado "believe in yourself". No recuerdo el valor, pero no fueron más de $2.300.   

  • El mismo día que compré los cuadernos de Harry Potter, encontré este bello estuche de sandía en el supermercado Líder. Fue amor a primera vista, me encantan las sandías. Me llevó una grata sorpresa, darme cuenta que es bastante amplio. Su valor es de $1.990. Había un modelo de la fruta del dragón también.


  • En relación a los post it de la primera foto de este apartado, sólo puedo decir que los de Londres estaban dos productos por $990 en la super bodega acuenta. Yo traje ese set de post it, más unas gomas de macarrones a sólo $990. Además, había lápices gel, muchos post it, lápices con forma de helado, estuches, entre otros. 
Los post it con forma de corazón los compré en la librería Giorgio a no más de $500, vienen cinco colores diferentes y los post it rectangulares y de cuatro colores también los compré en dicha librería a unos $900 aproximadamente.


3. Totebag/contenedores


  • Otro de los productos que adquirí en la super bodega acuenta fueron estos dos contenedores. El morado es para la ensalada/fruta y trae un pequeño pote junto con un tenedor. Lo encontré muy práctico y me gustó mucho para llevar fruta picada al trabajo. Me costó $990 y había en color azul y rojo. Tengo entendido que en Líder está a $1.290.


  • Este contenedor, llevaba tiempo buscándolo hasta que por fin lo encontré. Tiene dos compartimientos para llevar yogurt y cereal. También estaba a $990 en el acuenta.

  • Finalmente, no pude resistirme a este bello totebag de zorritos, porque amo los zorros al igual que los conejos. Gracias a la cami que me dio el dato. Lo compré en Dijon a $2.990. Como profesora, soy muy fan de las bolsas, ya que siempre ando cargada, así que nunca serán suficientes totebags para mí.



Bueno, esto ha sido todo por hoy. Fue una entrada corta, pero práctica (corta me refiero a que escribí poco hahah). Seguramente, más adelante vendrá una entrada 2.0 sobre organización, pues tengo pensando comprarme un bolso pequeño para el almuerzo y quizás una nueva mochila apta para la lluvia, así que si adquiero más cositas, les estaré comentando por acá sobre lugares dónde compré y valores.
Y ustedes, ¿cómo se organizan?


Les mando muchos cariños, que tengan una linda semana y disfruten de los detalles de la vida.



Cath.

domingo, 4 de febrero de 2018

Nueva aventura: Parque Radal Siete Tazas

Buen día a todas y a todos, espero que se encuentren muy bien.

   
   Con mis amigas es muy difícil ponernos de acuerdo sobre algo, sobre ver una película, sobre ir a algún lugar, qué día y a qué hora, entre otras. Sin embargo, este año logramos cumplir una de nuestras metas: viajar juntas. Si bien no pudimos ir las cinco como estaba contemplado en un principio, (siempre hay algo) viajamos las cuatro, la Prima, la Pi, la Dani y yo.
  Nuestra amiga Dani, vivió originalmente en Curicó, región del Maule, por lo tanto, decidimos visitarla y buscamos sobre los posibles destinos a los que podíamos ir. Nuestro destino principal fue: Siete Tazas y oh my God, qué lugar más bello. A continuación les detallaré sobre este hermoso y paradisíaco lugar.
Para llegar al Parque Inglés o a los senderos que te llevan a las Siete Tazas, ya sea de la Conaf o el de Valle las Catas, primero se debe llegar al terminal de buses de Molina. Este lugar queda a unos 25 a 30 minutos aproximadamente desde Curicó. Lo ideal es que tomes el bus de las 8:00 a.m para así aprovechar el día y no sufrir tanto con el calor. Hay unas tres líneas de buses que te dejan afuera de uno de los tres lugares que señalé anteriormente, además de varios camping que existen en el lugar. El viaje desde el terminal de Molina hacia las Siete Tazas es de aproximadamente dos horas, pues es un camino difícil de transitar.
Nuestra experiencia: en una primera instancia, nosotras íbamos a acampar, pero como no teníamos muy claro a lo que íbamos, por lo tanto sólo fuimos por el día. Y sí, se puede recorrer perfectamente en un día si es que tomas el bus de las 8:00 hrs.
Nos dijeron que debíamos bajarnos en el Parque Inglés, sin embargo, nos dimos cuenta que había camping y desde allí se podía bajar al volcán el Bolsón, aunque para visitarlo, sí o sí debes acampar, y para ambos debes reservar (tanto para el camping como para la bajada). No recorrimos el Parque Inglés, porque sentimos que la gente llegaba a acampar solamente, por lo tanto comenzamos a descender por donde nos llevó el bus, pues una de las primeras paradas que hizo, fue el Parque donde podías llegar a las Siete Tazas.
Bajamos aproximadamente durante 30 a 40 minutos y llegamos no al parque de la Conaf, sino que al del Valle las Catas. La adhesión de ambos senderos es la misma, de un valor de $2.500. Nos dieron un pequeño mapa y comenzamos la aventura.
Nos gustó esta opción, pues el camino estaba muy bien señalizado, los miradores eran amplios y teníamos muy buena visión. El primer destino era el puente Frutillar y luego al descender, se comenzaban a ver las Siete Tazas.






  La vista era completamente privilegiada, además andaba poca gente y podíamos sacarnos fotos perfectamente.
    El camino iba bien, pues eran de tierra amplios y escaleras seguras. Sin embargo, cuando llegamos al mirador de La Leona, el camino cambió. Se volvió un poco peligroso, estrecho y de roca. Pero pudimos llegar a la meta. En nuestra travesía de nos cruzó una culebra, la cual (al menos yo), no pude ver porque la amiga que iba adelante se asustó y también asustó a la culebra jajaj. 
  No obstante, lo más extremo fue casi llegar al río, pues tuvimos que bajar por unas rocas enormes y cruzar el río para poder llegar al lado de tierra. Sí, tuvimos que pasar con nuestras cosas en nuestras cabezas para cruzar, pues el río era bastante hondo. Sin embargo, con cuidado y compañerismo se puede lograr. El lugar es realmente indescriptible, me emociona mirar estas fotografías.






Finalmente, las Siete Tazas desembocan en este bello lugar, el salto de La Leona. Este lugar es el fin del sendero y uno de los lugares más hermosos que he conocido. Al llegar acá, te demoras unos 40 minutos aproximadamente, hasta una hora, según la persona.
El agua estaba heladísima, casi congelada, por lo tanto no nos bañamos tanto como hubiese hecho en otros lugares, pero es una experiencia completamente reconfortante.
Estuvimos allá un rato, comimos algo de lo que habíamos llevado, secamos nuestra ropa y comenzamos a ascender. Eso sí, no por el sendero por el que habíamos bajado sino por el de la conaf jajaj. Las personas con las que hablamos, dijeron que era un camino fácil y corto así que lo tomamos, ya no que queríamos volver a mojarnos en el río para cruzar. En un punto estábamos un poco muertas por tanta escalera, pero lo logramos. Y sí, era un camino un poco más corto y no tan extremo como el que habíamos tomado nosotras. Llegamos arriba tipo 15.30 hrs. y nos enteramos de que pasaría un bus a las 16:00 hrs, así que descansamos un rato y tomamos el bus de vuelta a Molina. En Molina dos de mis amigas se tomaron un helado, mientras que la Dani y yo nos deleitamos con un refrescante mote con huesillos. Luego, tomamos el bus que nos llevaría a Curicó y fin de la travesía.


Recomendaciones: ir con un calzado adecuado. Todas nosotras fuimos con zapatillas, sin embargo, creo que es mucho mejor un calzado con caña. Aún así ninguna sufrió ningún accidente (yo sólo que me resbalaba a ratos).
Llevar una botella grande de agua fresca. Ir con una mochila pequeña/ liviana y con sólo lo necesario. No sean como yo que fui con un bolso al hombro jajjaj, eso me dificultó un poco las bajadas.
Nosotras salimos con short y creemos que fue muy buena opción. Por lo tanto, ir con ropa cómoda y con traje de baño debajo para que sea más fácil bañarte en el río.
Pueden llevar parche curitas, alguna venda, rodillera, etcétera, sólo por si acaso.
El pasaje a las Siete Tazas vale $3.000 y la entrada al sendero de la Conaf (el que está primero al subir) y al del Valle las Catas (está más arriba de la Conaf) es de $2.500. Siento que cualquiera es igual de bueno, pero me quedo con el del Valle las Catas. Pueden hacer lo mismo que nosotras, tomar los dos senderos y nadie lo notará jajaj.
Eso es todo sobre esta aventura que me enamoró. ¿Volvería a ir? Por supuesto. Pero iría a acampar para estar más días y recorrer (pues nos faltaron senderos y lugares que visitar).


Mis amigas y yo:



  

      Un pequeño bonus track de este viaje. Llegamos a Curicó un miércoles a las 11:00 hrs y ese mismo día fuimos a un lugar llamado Potrero Grande, donde había un río muy bello. El lugar era realmente hermoso. Alucino con estas aguas turquesas. Allí estuvimos toda la tarde. Queda a una hora aproximadamente desde Curicó.




    Definitivamente, este fue un viaje corto, pero para descansar. Me relajé muchísimo al observar tan bellos paisajes y gozar de una paz y tranquilidad majestuosas. 

Y este fue el paisaje al volvernos a Concepción el día viernes:



Eso ha sido todo por hoy. Cuéntenme en los comentarios si les gustó el lugar y si es que tienen alguna duda sobre el viaje. ¿Conocían este lugar? ¿Les gustaría visitarlo?
Les envío muchos cariños y mis mejores deseos para esta semana.

Cath.