Entradas populares

martes, 10 de diciembre de 2019

Y la culpa no era mía

He estado pensando días, quizás semanas, en escribir esta entrada. Así como también he pensando en cerrar el blog, porque no soy una persona constante y responsable con este espacio. Sin embargo, es uno de los únicos medios donde me siento cómoda escribiendo y donde tengo la libertad de escribir sobre el tema que quiera.                                                                                                                            Suelo ser una persona bastante introvertida, no suelo demostrar lo que siento, hablo poco. Soy de las que prefiere observar. Pero no puedo hacer oídos sordos frente a la situación que está viviendo mi país y sobretodo, no puedo hacer oídos sordos ni hacerme la ciega frente a los abusos hacia las mujeres.                                                                                                                                                       Es por ello, que desde hoy escribo siendo yo misma como siempre, siendo profesora de un segundo año básico. Porque en la universidad, ni en ningún lugar te enseñan qué hacer frente a una situación de acoso o abuso y que lamentable es que todas, absolutamente TODAS las mujeres hemos vivido una situación de abuso, sin importar nuestra edad. Tristemente, algunos abusos comienzan a muy temprana edad, díganme ¿la ropa que usaba una niña de 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 años tiene la culpa? ¿Se encontraba en el lugar equivocado a la hora equivocada?                                                                        Hoy escribo por mi alumna, y por todas las niñas que no pueden hablar, por todas las niñas a las que se les ha arrebatado la inocencia para siempre. Díganme, ahora ¿cómo les explico a mis estudiantes que nadie debe tocarlos, que nadie puede abusar de ellos? ¿Qué hago con esa niña?                              ¿Cómo puede ser que su madre, también abusada desde niña, previamente, haya explicado que este tipo de situaciones pueden ocurrir en algún momento? Cuál será la magnitud de esta sociedad enferma, que debemos entrenar a las niñas "por si alguna vez te pasa".                                                   ¿Las y los profesores estamos preparados para este tipo de situaciones? Yo creo que nadie lo está hasta que lo vive. En mis tres años de trabajo, he visto situaciones similares, pero nunca me pasó con una alumna tan pequeña. ¿Qué hice? No les miento, me puse a llorar. ¿Qué puedo hacer? Darle todo el amor del mundo, confianza y apoyo posible. Hablar con la dupla psicosocial del colegio (psicólogo, trabajadora social) para que me orienten en esto, en denuncias, apoyo psicológico para mi estudiante o en agilizar los procesos judiciales que para variar, son eternos.                                            Como profesora intento no reproducir estereotipos, aunque a veces se escape de las manos, es algo en lo que trabajo a diario. En mi opinión, se debe enseñar para todos y no para unos cuántos. Dejar de lado el "a las niñas no se les pega" y cambiarlo por "la violencia no es buena, las diversas situaciones se solucionan conversando, no a golpes". Asimismo, no darle género a los juegos, todos y todas son libres de jugar a la pelota, juegos de mesa, pintar, bailar, cantar, usar el color que quieran. Siento que no reproducir estereotipos debe partir desde el prescolar o desde primero básico, mientras antes, mejor. El dilema ahora es, ¿qué hago con mi estudiante que proviene de una cultura donde se les grita a las niñas desde los autos, y se les acosa constantemente? Tristemente, nuestros niños y niñas siguen modelos, ¿cómo voy a lidiar con la cultura, que para mi alumno es completamente normal, en el aula? Repite los mismos patrones, incomodar a las niñas diciéndole cosas como "mi vida, hermosa, te amo, cosita rica" ¿Por qué hablar cuando no han pedido tu opinión sobre mí misma? No me queda nada más que seguir intentando a diario, que hay palabras que no todos quieren escuchar, que los golpes no son la solución, que todos y todas somos importantes y por lo tanto debemos respetarnos y apoyarnos.  Escribo también por mis alumnas que son incomodadas frente a este tipo de comentarios.                                                                                                                                               Profesores y profesoras, tenemos un rol importantísimo en esta sociedad. No sólo somos profesores, también somos madres, padres, psicólogos, amigos. Sean observadores frente a cualquier comportamiento distinto de parte de sus estudiantes, dedíquenles tiempo. Sé, porque me ha pasado, que es cansador, que no alcanza el tiempo, pero nosotros podemos marcar una diferencia, detectar algo que otros no. Jamás pierdan la capacidad de asombro, jamás pierdan amor por lo que hacen, recuerden que no sólo enseñamos contenido, sino que también contención emocional. Practiquen pausas activas, técnicas mindfulness. En mi caso, todas las mañanas comenzamos con ejercicios de respiración o posturas de yoga. Pregúntenles cómo están sus estudiantes a diario, cuál es la emoción que predomina.                                                                                                                                               Desde pequeños formemos niños y niñas críticas, respetuosas, valientes, a expresar lo que sientan.   Finalizaré este post con la siguiente cita:                                                                                                                                                                                                    "Enseñamos a las niñas a gustar, a ser buenas, a ser falsas. Y no enseñamos lo mismo a los niños. Es peligroso. Muchos depredadores sexuales se han aprovechado de este hecho. Muchas niñas callan cuando abusan de ellas porque quieren agradar. Muchas niñas dedican demasiado tiempo a tratar de ser "buenas" con la gente que les hace daño. Muchas niñas piensan en los "sentimientos" de quienes las agreden. Es la consecuencia catastrófica de la obligación de gustar. Tenemos un mundo lleno de mujeres que son incapaces de respirar tranquilamente porque durante demasiado tiempo las han condicionado para que se plieguen a unas formas que las harán deseables".                                                                                                                                                                                                                                                                             Por ti, por mi, y por todas.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             Atte,                                                                                                                                                                                       Catherine 

viernes, 1 de febrero de 2019

Rinoseptoplastía: mi experiencia

        Mucho tiempo ha pasado desde la última vez que escribí unas líneas por aquí. Cuatro meses.
Tener este blog me gusta porque puedo escribir lo que yo quiera cuando yo quiera, sin embargo, mantengo una lucha interna conmigo misma porque me gustaría publicar más contenido y el tiempo siempre es la excusa.
No hice un resumen de mi año 2018, pues en la entrada anterior a esta, comento un poco cómo fue mi año. Fue bueno, obtuve un trabajo que mantendré este 2019. Junto con mi prometido, nos cambiamos de casa a fines de diciembre. Y otra de las cosas más importantes que han ocurrido este 2019 y de la que les vengo a comentar en esta entrada: me operé la nariz.
Quiero comenzar agradeciendo a todas las personas que me enviaron mensajes dándome ánimos y mucho amor. Me impresionó la cantidad que recibí.
Ayer en mi Instagram mencioné que me hicieran preguntas sobre la rinoseptoplastía para yo responder por este medio. Asimismo, durante mi periodo post operatorio, también me llegaron preguntas similares así que aquí vamos.
¿Qué es una rinoseptoplastía? es una cirugía de nariz que considera dos aspectos: estético y funcional. O sea, una operación que en mi caso, me ayudará a respirar mejor y que además, arreglará la deformidad que tenía hahah. Voy a publicar fotos mías antes y después de la operación (¿debería poner esa advertencia de "podría herir la sensibilidad de algunas personas"?).
En primer lugar, desde chica siempre supe que debía operarme por el simple hecho de que mi nariz era fea, grande y porque además, en el colegio me molestaban. Pasé de ser una niña extrovertida en casa, a ser todo lo contrario en el colegio. Siempre estuve en un colegio de sólo mujeres y algunas eran crueles, como en todos lados. Observaba y sentía un rechazo hacia mí, a mis compañeras no les gustaba sentarse ni juntarse conmigo. Yo no formaba parte del grupo de las populares. Otras de frente
me decían "narigona":
Viví con esto, era tímida, no era de las que acusaba, por lo tanto lo callaba o me hacía la "loca". Sin embargo, aunque te hagas la fuerte, igual afecta. Hubo una vez que me marcó demasiado, fue en época de mundial; yo iba cruzando la Plaza de Armas de mi ciudad y unos hinchas me gritaron. Creo que este hecho hizo que sintiera rechazo hacia el fútbol hahah. 
Crecí, maduré, e intentaba que mi nariz no fuera un tema, sin embargo jamás hablaba de ella, jamás me sacaba una foto de perfil o al menos jamás la publicaba.

En la universidad fue cuando me di cuenta que realmente mi nariz era un problema. Toda mi vida me he resfriado un montón, aparte que soy alérgica, y todos los resfriados han sido muy malos. Un año cuando estaba en la universidad, me enfermé dos o tres veces seguidas, sinusitis, dolores de cabeza, etc. y dije "no más".
Ya era un problema de salud serio, toda mi vida respirando por un solo orificio y ser alérgica no era una buena combinación. Me cansé del asunto así que fui al otorrino. Él me mandó a hacer exámenes donde evidentemente el cagazo era tremendo. Me preguntó si sólo quería operarla por dentro o también por fuera. No lo pensé dos veces. Me derivó al cirujano. El cirujano me hizo firmar un consentimiento y sólo quedó esperar.
Entre la primera hora con el otorrino, a la hermosa llamada telefónica señalando que debía hospitalizarme, pasó aproximadamente un año y medio, porque sí, me operé por el sistema público. Específicamente en el Hospital Guillermo Grant Benavente (hospital regional de Concepción)
Si hubiese hecho el trámite antes de trabajar, me hubiese salido gratis. Pero tardé en tomar la decisión y yo ya tenía un trabajo estable. No obstante, (sé que quizás no sea bueno hablar de dinero, pero para qué estamos con cosas, es una pregunta común) lo que pagué es la nada comparado al sistema privado. Soy fonasa y cancelé $125.000.
No les miento que estaba asustada, sabía a lo que iba. Sabía las consecuencias, todo lo que me iba a ocurrir (gracias a Valentina de instagram que también aclaró unas dudas que tenía).
El día 9 de enero me hospitalizaron. Ese día tiritaba, estaba demasiado ansiosa. Nunca antes había estado hospitalizada (a los dos meses de vida me operaron de una hernia, pero jamás me voy a enterar de lo que sentí hahah), no sabía qué hacer. De pronto, al lado mío llegó una joven recién operada de lo mismo. Y estaba para la embarrada. Peor me puse. Llegó el momento en que sólo quería que ya pasara la operación.
El día 10 me despertaron a las 5:45, me duché, me puse las medias y la bata (siempre diva, nunca indiva). Sólo quedaba esperar. Mi mamá me acompañaba, yo ya estaba más tranquila, sometida. 
A las 8:00 horas me llevaron a pabellón, había muchos médicos señalándome todos los procedimientos que estaban haciendo. Llegó el momento de la anestesia, el cirujano me preguntó si me había tomado fotos, me sentía muy mareada como nunca antes y desperté en el post operatorio, sin ningún tipo de dolor, con mucho sueño.
La nariz me comenzó a gotear (sangre) y yo seguía con mucho sueño, podía respirar por medio de las férulas, me sentí bien. Sentía una leve molestia en la garganta debido a la intubación, pero nada raro.
Me llevaron a la sala común, me sentía bien. Mi mamá se asustó al verme porque salí moreteada. La nariz me sangraba mucho, pero era completamente normal. No era hemorragia, sino goteo. Esto duró unos 3 o 4 días, de forma decreciente.

Quizás no me crean pero, no me dolió nada. La nariz no duele. Es sólo incómodo el hecho de tener esos tubos dentro, respirar por la boca, la hinchazón de cara y ojos, el goteo nasal. Pensé que no comería en esos días post operación, pero con mucho cuidado comí de todo. La cabeza no me dolió en ningún momento. Lo otro incómodo son los lavados nasales con suero y jeringa, pero al final te acostumbras.
Cinco días después de la operación me sacaron los tubos, sabía que dolería, pero tampoco me dolió como imaginé. Son unos tubos largos, por lo tanto ese día iba con mucho miedo porque sabía que dolería, pero no fue así. Lo que me dolió un poco fue que me aspiraran la nariz para quitar los residuos. Creo que hacerme varios lavados ayudó a que no se apretaran o pegaran tanto las férulas.
Una semana después de la operación me sacaron el yeso y los puntos. El yeso me molestó, tenía la piel un poco irritada y los puntos tampoco dolieron. Creo que el médico era muy cuidadoso o mi resistencia es buena hahah. Me vi la punta de la nariz por primera vez, se sentía raro, sentí vergüenza por tan respingada que tenía la punta, pero me acostumbré y me gustó. Me colocaron esos parches que una semana después, debía sacarlos en casa.


Creo que lo peor ha sido que no puedo usar lentes por lo menos en un mes, porque me colocaron un injerto justo en la parte donde descansan los lentes. He pensado en la idea de usar lentes de contacto, pero no sé si me acostumbre, soy más bien práctica y los lentes de contacto tienen un cuidado especial, además que me gusta usar lentes heheh. Esto ha hecho que me duelan los ojos, pero aún así he visto series, tele, estoy escribiendo ahora, he salido sola, he leído libros, también tejí. Siguen siendo mis vacaciones y necesitaba tiempo para hacer las cosas que escribí.

Pasó una semana, mi pololo me sacó el parche. Al verme en el espejo me sentí rara otra vez, la sentía ancha, pero nuevamente me acostumbré. Aún así, sigue estando hinchada y los resultados finales se ven en unos 8 meses más. No me puedo limpiar la nariz de forma común y corriente y me sigo haciendo lavados. La próxima semana tengo control y aseo nasal. Veremos qué ocurre. 
Así estoy yo actualmente, luego de 3 semanas de operación. Cada vez me siento más yo, ahora no siento ajena mi nariz, sino parte de mí y me gusta, me encanta, puedo respirar bien y es mucho más bonita que la que tenía. Me hace sentir segura. 



Adulta me aprendí a querer un "poco más", pero es difícil. Es fácil decir "quiérete más" "eres bonita". Sin embargo, yo estaba cargando fantasmas del pasado que no me dejaban florecer, es por ello que tomé esta decisión importante y no me arrepiento de nada. Eres bonita, pero si hay algo que no te gusta y quieres cambiar, eres libre de hacerlo. La recuperación es súper rápida, gracias a Dios todo ha salido bien y no se ha complicado. Debo seguir teniendo cuidados como por ejemplo, no tomar sol, no hacer mucha fuerza, aplicar bloqueador solar, entre otros.
Mi consejo final es, si quieres hacerte una rinoplastía, o en mi caso ambas operaciones, no lo pienses dos veces, lo importante es mantener la esencia.

Si tienes alguna otra duda, puedes hacerla en los comentarios. ¡Gracias por leer! 
Nos vemos en una próxima entrada.

Con cariño, 
Cath.